A pesar de las dificultades económicas, pero con un amor y una determinación inquebrantables, Greicy Yamill López Álvarez libra una batalla diaria por su hijo, Dylan Aarón López. Con el corazón lleno de esperanza y el alma cargada de valentía, enfrenta cada obstáculo para que su pequeño pueda acceder al costoso tratamiento y a las terapias que necesita. Su historia es un testimonio de amor infinito y lucha incansable contra una enfermedad poco común que no ha logrado apagar su espíritu.
Para esta joven madre, de apenas 26 años de edad, su vida cambió por completo hace siete años cuando su pequeño niño de apenas dos meses de edad empezó a manifestar los primeros síntomas de la enfermedad.
“Él nació en el 2017 y en el 2018 cuando él tenía dos meses para tres le comenzó a crecer la frente y comenzó a tener síntomas, vómitos decaimiento… tiene hidrocefalia, discapacidad múltiple, retraso psicomotor y sus epilepsias que no lo dejan ser”, contó Greicy con una pequeña sonrisa en su rostro que denota la tristeza que siente en su corazón.
Limitación en el acceso a medicamentos
Con un tono de voz bajo, Greicy compartió ante las cámaras de RCC Noticias la dura realidad que enfrenta cada día: el acceso a los medicamentos que su hijo necesita es un desafío casi imposible debido a sus altos costos. «Son un poco dificultosos porque son muy costosos», expresó.
Sin embargo, en medio de la incertidumbre, a veces aparece una mano amiga, un corazón solidario que le brinda un respiro al donarle alguno de estos fármacos esenciales.
«Pero allá en la escuela gracias a Dios a veces nos los donan… sino hay que buscarlos por vía propia», externó al tiempo que dijo que realiza diferentes actividades para sustentarse a ella a Dylan y su otra pequeña de apenas dos años de edad.
Terapias
Greicy López describe como tiene que cargar a su hijo en brazos y usar transporte público para que el pequeño pueda recibir la atención medica que requiere.
«Las terapias son dos veces a la semana, el camino es un poco largo porque tengo que dejar el coche… donde una vecina y me lo tiro al hombro (a Dylan) y a caminar. Yo me voy en el Metro porque en el Metro es como más rápido porque él tiene terapia a la 1, si me voy en una guagua voy a durar largas horas y uno se cansa», dijo.
Apoyo familiar
En este doloroso proceso que encara, su siente agradecida por su familia por el acompañamiento en la luchar para mejorar las condiciones de salud de Dylan en estos siete años.
«Ellos fueron los que han estado conmigo en los tiempos más difíciles, me han acogido como familia siempre. Mi mamá que… nunca me deja sola y si hay que coger para cualquier sitio lejos ella va conmigo».
Esperanza
La joven sigue aferrada a la esperanza de que una mano amiga se extienda hacia ella, brindándole la oportunidad de acceder al tratamiento que Dylan tanto necesita y a un estudio que le hace falta, que tienen un costo superior a los 80 mil pesos, una cifra que en este momento parece inalcanzable para ella. Cada día, su fe en la solidaridad de los demás se convierte en su fuerza para seguir adelante, buscando un rayo de luz en medio de la oscuridad.
Día Mundial de las Enfermedades Raras
Precisamente, el último día de febrero, un mes único porque solamente cada cuatros año tiene un día 29, es cuando se conmemora el Día Mundial de las Enfermedades Raras, con campañas y actividades que buscan concientizar acerca de los desafíos a los que se enfrentan las personas que padecen estas patologías.
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