REDACCIÓN.- Las personas podrían intentar programar su vacuna de refuerzo contra COVID-19 para que coincida con un periodo de aumento de la transmisión en su área, sugiere un estudio reciente.
Hacerlo puede mejorar la protección contra la infección por COVID hasta cuatro veces en comparación con recibir la vacuna cuando el coronavirus no se está propagando tanto, informan los investigadores en la revista Clinical Infectious Diseases.
“El tiempo lo es todo cuando se trata de los refuerzos de COVID-19″, señaló en un comunicado de prensa el investigador principal, Jeffrey Townsend, profesor de bioestadística de la Facultad de Salud Pública de la Yale.
“Nuestra investigación muestra que recibir la vacuna de refuerzo en el momento adecuado puede marcar una diferencia significativa en su protección contra la infección”, dijo. “Al adaptar los programas de refuerzos a los patrones locales de COVID-19, podemos ayudar a garantizar que las personas estén mejor protegidas cuando más lo necesitan”.
Los resultados muestran que recibir un refuerzo en septiembre u octubre proporciona de tres a cuatro veces más protección contra la infección en los EE. UU., en comparación con las vacunas administradas más adelante en el año.
Por ejemplo, los neoyorquinos pueden obtener la mejor protección si reciben su dosis de refuerzo el 15 de septiembre, encontró el estudio. Esperar hasta enero reduce su eficacia en 3,6 veces.
Idealmente, las vacunas de refuerzo deberían preceder a los períodos máximos de COVID en poco menos de tres meses, encontró el estudio. Eso le da a la vacuna la oportunidad de maximizar la protección justo cuando el virus comienza a circular, dijeron los investigadores.
Retrasar las dosis de refuerzo también podría ser mejor para las personas que experimentan una infección postvacunación con COVID a pesar de estar vacunadas, añadieron los investigadores. Esto es especialmente cierto si su infección ocurre a finales de año, en el apogeo de la temporada de resfriados y gripe.
Si una infección postvacunación ocurre alrededor del momento en que alguien tiene un refuerzo programado, quizá deba considerar retrasarlo varios meses para optimizar su inmunidad, dijeron los investigadores.
Los investigadores anotaron que estos hallazgos son particularmente importantes para las personas con un riesgo alto de COVID grave, incluidos los ancianos y los pacientes con sistemas inmunitarios comprometidos.
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