El Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) impulsó un proyecto de artesanía con Larimar en la Región Enriquillo para promover el gasto turístico y el acceso de los artesanos a otros mercados, y así aumentar los ingresos económicos del sur profundo.
La iniciativa que auspició la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), formó parte del proyecto “Apoyo al crecimiento del tejido productivo local en la Región Enriquillo: sector artesanal”, primer programa del MICM en su tipo,
Alrededor de 180 artesanos de Cabral, Los Ríos, La Lista, Oviedo, Duvergé, entre otras comunidades de la zona, aprendieron nuevas técnicas de joyería a base de Larimar, bisutería de cuencas secas, técnicas en papel maché, peletería y ebanistería, para mejorar la calidad y la terminación de las piezas.
“El proyecto busca aumentar el gasto turístico en la zona y que la artesanía local se convierta en una marca región, la cual se fundamenta, sobre todo, en la explotación de Larimar”, declaró José de Ferrari, encargado del Departamento de Artesanía, de acuerdo a publicación del boletín del MICM.
De Ferrari explicó que la iniciativa comenzó en 2016 y gracias a ella se formó la cooperativa de joyeros y artesanos de la Región Enriquillo, para acceder a mercados más grandes y ferias de artesanía en Bayahibe, Santo Domingo y Barahona.
“Trabajamos muy de cerca con el Clúster Turístico de Barahona para que los grupos que el Ministerio y la AECID han capacitado puedan suplir la demanda de artesanías y suvenires para los turistas que visitan la región” agregó.
En la Región Enriquillo se encuentran atractivos naturales y turísticos como Bahía de las Águilas, elLago Enriquillo, las uvas de Neiba, el balneario Las Marías, el Hoyo de Pelempito, la Laguna de Oviedo, entre muchos otros.
Además de los joyeros de Larimar, otro grupo que recibió asistencia técnica especializada en la elaboración de juegos didácticos para aprovechar los recortes de madera, fueron los miembros de la Asociación de Ebanistas y Artesanas Benito Sena, en la comunidad de La Lista, en Barahona.
De su lado, Ángel Luis Medina, vicepresidente de la cooperativa de joyeros y artesanos de la región, manifestó que “los cursos nos ayudaron a entender cómo calcular los costos de producción y los materiales que se necesitan para que las piezas queden bien”.
Medina valoró el potencial de asociarse con otros actores del sector y generar encadenamiento productivo, con el objetivo de producir a bajo costo y a mayores volúmenes.
Los cursos se desarrollaron en coordinación con Banca Solidaria, la Dirección de Fomento y Desarrollo de la Artesanía Nacional (Fodearte) y el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep), así como los ayuntamientos y las gobernaciones de cada provincia, los cuales hicieron acuerdos con empresas privadas y asociaciones para exhibir las piezas creadas.
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