Sebastián Barceló Oliver (Es Carritxó de Felanitx, Mallorca, 1930), presidente de la Fundación Barceló y copresidente de honor del grupo hotelero y de viajes Barceló. Con su hermano Gabriel (1928) fue fundador de la compañía turística estrictamente familiar, que ahora presiden a la par los hijos de ambos, Simón Pedro Barceló Vadell y Simón Barceló Tous.
El creador de la saga, Simón Barceló Obrador (1902-1958), marcó el estilo: conducía en los años treinta del siglo pasado su propio autobús de línea, paquetería y correo entre el pueblo y la capital insular. En la década de 1940 a 1950 sus hijos, los hermanos Sebastián y Gabriel, tomaron el volante, ampliaron la flota y atisbaron que con la llegada de veraneantes y viajeros de sol y playa arribaría un nuevo gran negocio, que fue y es el turismo de masas.
Los Barceló fueron precursores. Desde su autocar-correo crecieron hasta llegar a ser una multinacional en apenas medio siglo. Ampliaron la flota rodante y abrieron oficinas de viajes, construyeron naves para los autobuses y para acoger a la ola de visitantes, compraron terrenos y alzaron en 1966 su primer hotel en Mallorca. Gabriel fue la cara pública de la casa , Sebastián, el encargado del desarrollo interior, de la intendencia y control de la expansión. Cuando en los años ochenta la cadena buscó más mercado exterior y se expandió a la República Dominicana, Sebastián pasó meses a pie de playa en Bávaro, dirigiendo las obras del primer resort. Después abrieron establecimientos en México, Costa Rica, Nicaragua o Cuba, entraron en Estados Unidos, Reino Unido, llegaron al este de Europa y a la costa de África.
Barceló es la tercera cadena de España y la 24ª del mundo, con 19.000 empleados. Los pioneros, con 11 hijos y copropietarios de la sociedad, decidieron hace 25 años no construir más hoteles en Baleares desde la convicción de que la oferta está saturada y no es rentable.
Del linaje, la familia hizo su marca y un modo compacto de gestión ajeno a las aventuras de riesgo y alianzas en el capital, impulsando el relevo generacional, con la retirada de los puestos ejecutivos de los primeros propietarios. Con notables convicciones religiosas, la familia Barceló ha sufragado proyectos asistenciales y educativos en países en desarrollo y ha patrocinado obras de restauración en iglesias, a través de la fundación que presidía el ayer desaparecido y que tiene sedes culturales en Palma y Felanitx.
Sebastián Barceló ha recibido numerosas distinciones y reconocimientos por sus tareas empresariales en España y la República Dominicana.
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