El retiro, paso difícil entre los beisbolistas, caso Robinson Canó

«»La Sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz»»Proverbio escocés“

Observando la rueda de prensa de presentación de Robinson Canó con los Diablos Rojos de México comenzaron a girar en mi mente una serie de preguntas sobre este jugador millonario en dólares con 41 años y 146 dìas.

¿Qué busca Robinson Canó en la Liga de Verano de México?

Fama, no es y dinero tampoco.

Le harán falta los aplausos y los abucheos y ni hablar de su vigencia en la prensa y las redes sociales.

El retiro de los atletas profesionales es diferente a la de la mayoría de las personas, y las discusiones sobre la vida después del deporte pueden incluir pagar todas sus deudas (si es posible) y realizar inversiones que generen ingresos para cubrir los gastos de jubilación.

El retiro es la única palabra que no pasa por la cabeza, ni está en el diccionario de los beisbolistas. Por nostalgia o por necesidad, a diario tienen la ilusión de repetir tiempos de glorias pasadas, en un desafío con el calendario a quien nadie ha podido derrotar.

Muchos jugadores inician una segunda carrera en el sector inmobiliario, la moda, la radiodifusión, restaurantes, fincas, discotecas, compraventa y colmadones y muchos dominicanos han elegido esos campos, y otros han decidido incursionar en la política como Raúl Mondesí y Kelvin Herrera.

Sin embargo, son muy pocos los que han triunfado fuera del ámbito deportivo, docenas de jugadores han quebrado o fracasado en sus nuevos negocios.

En el caso de Robinson Canó la palabra retiro no está en su agenda y en un lenguaje claro, preciso y conciso dijo: «No soy abogado, ni ingeniero ni doctor y esto, el béisbol, es lo que yo amo y me gusta».

A Robinson Canó en este verano que ponga a temblar la pizarra con una buena cosecha ofensiva con los Diablos Rojos de México.

Cronista deportivo. Amante del béisbol y sus vivencias.